¡A toda máquina!

La convivencia diaria con todo tipo de máquinas ha permitido que la vida sea mucho más sencilla. Las hay grandes, chicas, medianas, gordas, flacas, silenciosas, escandalosas, pesadas, livianas, complicadas, simples, negras, blancas o de colores.

Podemos seguir hablando de sus características, pero lo más importante es que a todos, sí a todos, nos facilitan el trabajo. Lo malo es que a veces se descomponen y entonces sufrimos… en ese momento nos damos cuenta de que debemos cuidar todo lo que nos rodea, porque de otra manera… ¡tenemos que trabajar doble! ¿Sabes cómo están hechas las máquinas por dentro? ¡Acompáñanos porque aquí te lo vamos a decir!

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¡A volar se ha dicho!

Desde tiempos remotos, el hombre ha querido igualar a la madre naturaleza. De ella ha tomado los colores para plasmarlos en los lienzos, ha construido lagos artificiales para concentrar agua, ha copiado los sonidos y ha hecho música. Pero una de las cosas que el ser humano siempre quiso imitar y no sabía cómo, fue volar como algunas aves. Sin embargo, gracias al ingenio y sabiduría de algunos hombres lograron surcar los aires.

Claro que las cosas no salieron bien desde la primera vez, pero mejor te invitamos a descubrirlo. ¡Vamos a conocer más de estas maravillas voladoras!

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¿Qué dijiste? Los sonidos.

¿Qué ondas son ésas? Las que viajan por el aire y dependiendo de su tamaño, podemos captar por nuestras orejas y percibir mediante el sentido del oído. Pero no creas que unas orejas más grandes te ayudarán a oír mejor, a diferencia de los conos de las antenas, que a mayor tamaño, mayor cantidad de señales pueden captar.

Aunque hablando de la forma, sí que existe una que ayuda como en las salas de conciertos, donde en lugar de rebotar las ondas, quedan atrapadas y pueden ser dirigidas a un punto determinado, en este caso hacia el público. El sonido no es sólo ruido,  implica un fenómeno físico que ha dado materia de estudio tanto a científicos como a artistas… pues sin los conocimientos acerca del sonido, no sería posible… ¡la música!

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El acompañante silencioso. La luz.

Siempre en silencio… Si quieres tomar una fotografía… ahí está; si alguien quiere filmar una película… ¡también! Cuando se hace de noche… ¡nos acompaña! Brinda uno de los más hermosos espectáculos de la naturaleza, ¡el arco iris! Es un acompañante silencioso que siempre está.

Pero para dejar atrás tanto misterio, vamos a aprender qué es la luz, ¡y descubramos qué hay detrás de ella!

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El silencio que habla.

Margarita es una niña con autismo; su hermano Rafael es quien nos explica todo sobre ella: cómo es, qué hace, qué le gusta y también qué le desagrada, cómo se comunican y conviven en familia, entre otras muchas cosas interesantes de su vida.

Descubrirás que las personas con autismo, aunque físicamente las veamos como al resto de los niños, necesitan mucha ayuda ya que entender y adaptarse al mundo que las rodea les es muy difícil. Por ello, está en nosotros hacer que el mundo no les sea tan complicado. Recuerda: tú puedes hacer que el mundo cambie… si te acercas viendo primero a la persona y después su condición.

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Todos a bordo. Los barcos

Desde tiempos remotos, el hombre ha tenido que ingeniárselas para adaptarse a la naturaleza. Una de las cosas, que al parecer no le gustaba, era nadar ininterrumpidamente hasta llegar a la otra orilla de un río o laguna. Tal vez por ello, o por el peligro que representaba cruzar el río o adentrarse en el océano, lo llevó a inventar algo que le permitiera hacerlo sin tener que mojarse.

Es casi seguro que pensó que si una rama flotaba en el agua, ¿por qué varios trozos unidos no lo harían? Así fue como el ser humano inventó los barcos y, ¡los remos! ¡Agarra los tuyos que vamos a zarpar!

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Un ritmo diferente.

¿Te has preguntado cómo es la vida de una persona con síndrome de Down? En este libro, Bruno, un niño con síndrome de Down, te explicará cómo es su vida diaria, sus sentimientos, aspiraciones y lo que él necesita para compartir su día a día con la familia y los amigos.

A través de su relato, podrás darte cuenta de que no le gusta que lo vean como un “pobrecito”, ni que se fijen en lo que no puede hacer, sino más bien en todo lo que puede llegar a ser por sí mismo y con la ayuda de los que le rodean. Las personas con síndrome de Down son iguales a ti pues ellos, al igual que tú, cuentan con los mismos derechos.

Es muy importante no ignorarlos ni considerarlos menos capaces que los demás. Ellos, como Bruno, también alcanzan sus metas, pero lo hacen a un ritmo diferente. Recuerda, tú puedes hacer que el mundo cambie… si te acercas viendo primero a la persona, después su condición.

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